El desayuno, tal como lo conocemos hoy, es un concepto relativamente nuevo. 

Para considerar la frecuencia con que debemos consumir alimentos, los científicos nos proponen primero analizar cuándo no debiéramos consumirlos. Por ejemplo, se ha estado estudiando el ayuno intermitente por sus cualidades.

Ayudar al cuerpo entregándole 12 horas al día sin consumir alimentos, permite que el sistema digestivo descanse y se recupere. Los beneficios también de la restricción calórica, que se asocia a niveles más bajos de inflamación en el cuerpo, son profundos estudios entregados por dos importantes investigadores estadounidenses.

En este sentido, las recomendaciones van en torno a lo que decíamos, cuándo no comer para entregar beneficios a nuestro cuerpo.

La investigadora Rozalyn Anderson, de la Universidad de Wisconsin, revela que el Ayuno Intermitente está más acorde a nuestra forma de alimentarnos hoy en día. El cuerpo en descanso logra almacenar los alimentos y llevar la energía donde se requiere, además de disparar el mecanismo que libera energía de las reservas del cuerpo.

Pero qué pasa con el hambre psicológico, pues en la antigüedad se acostumbraba a comer una vez al día y hoy algunos expertos defienden esta postura. Y es que la pregunta es ¿quedaré con hambre? No obstante, médicos y psicólogos indican que el hambre es una sensación psicológica y tenemos relacionados y adquiridos comportamiento de acuerdo a la hora del día.

En este sentido, lo mejor es adoptar hábitos saludables, por lo que 2 a 3 comidas controladas al día, con una ventana de ayuno prolongada durante la noche, parece ser la mejor alternativa. Aun así, los expertos prefieren no especificar la mejor forma de alimentarse debido a las dificultades de la vida diaria que tienen algunas personas.